FECHA: 23 Feb 2005
TITULO: De remate
CONSULTA:
Aunque la cosa no está para ninguna celebración este año, las
tradiciones hay que seguirlas y nunca está de mas echar un buen rato con la
cuadrilla y algun "arrimaill@" para celebrar el final de la campaña de
recolección.
Como mandan las buenas formas, el remate, o "arremate" que suena mas a
campo, hay que celebrarlo en el cortijo, en un dia soleado y con una gran
sarten rellena de "algo" en una lumbre de palos, todo regado con cerveza,
vino y lo que cada uno a sus neuronas ose echar. Una pelota para fogar y el
anecdotario cargado para alibiar las risas cuando el alcohol o lo que sea te
haga superar la timidez y te lance al centro de la comedia del grupo.
Arroz con carne gorgoriteaba cuando el dia apenas deja sacar sombras al sol.
En su punto estaba ya cuando la cerveza pasó a mejor vida, y nadie notó su
ausencia al abrir un buen Ribera del Duero que calmara los quemazones de las
primeras cucharadas que la impaciencia alentada por el hambre hacia padecer.
Parecia grande la sartén, pero le tuve que apartar un plato al perro porque
veia que no iba a sobrar. Todos tienen derecho a la fiesta. Y no sobró.
Después una naranja y una galgueria de esas de chocolates con natas del
Mercadona para los golosos.
Barriga llena, lengua achicharrada y el mareillo resacoso del vino con el
sol de mocheta a la recacha pedian a gritos un alivioso gin tonic que
hiciera hueco en la barriga con un morisco eruptillo. Beefeater, J&B,
tónica, Seven Up y Coca cola hacian crujir al hielo en vasos que raudos
mojaban los labios una y otra vez. En el partidillo de la tarde en la era
las caidas eran constantes, entre risas, patadas al empedrao y balones por
el tejado y el sembrado de al lado.
Que buen dia echamos. Lástima que de vez en cuando levantara la vista y
viera el pálido de los olivos allá en la subida al cerro y gritara en
silencio: ¡Vamos amigos, vivid!.
En el centro del alma, a la derecha del corazón, ese pellizco que noto me
dice a veces que tenga esperanza, que cuando lloraba en su sombra, los oyó
susurrar, entre chasquidos de hojas derramando vida, que volverian, que
tuviera paciencia y fe en el sol y el agua.
Así lo haré, amigos, así lo haré.
El vagamundo. Alcalá la Real.