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CONSULTA NÚMERO 17441

FECHA: 27 Ene 2009

TITULO: Alimentos: precios altos a medio plazo

CONSULTA: José María Sumpsi, subdirector general de Cooperación Técnica de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prevé que el precio de los alimentos continuará al alza en los próximos cinco a siete años, aunque sin alcanzar los picos registrados en la primavera de 2008.

Redacción/AgroNegocios

Sumpsi, que participó en la conferencia “La crisis global de la agricultura y la alimentación”, pronunciada en la Fundación Ramón Areces el pasado 20 de enero, tachó el actual momento de descenso de precios como coyuntural, debido a la crisis financiera y al descalabro de los precios del petróleo. Esta caída influirá en unas siembras menores en este año y que la próxima cosecha vuelva a ser corta.

El responsable de la FAO indicó que esta situación se mantendrá por la existencia de elementos estructurales, como la reducción de los stocks mundiales de cereales o el aumento de la demanda de alimentos.

Sin embargo, tales comentarios hubiesen sido válidos hace un año por estas fechas, pero están fuera de lugar, al menos aquí y ahora, ya que los precios de la mayor parte de los productos agrícolas (cereales, oleaginosas, aceite de oliva, frutas y hortalizas, uva para vinificación, cítricos…) y ganaderos, incluida la leche, se han hundido en campo.

Es posible que un buen conocedor de nuestro sector agrario, como es, sin duda, Sumpsi, maneje datos o informaciones a plazos más largos, que escapen y superen la muy difícil y compleja coyuntura que están viviendo nuestros agricultores y ganaderos.

Otro argumento a su favor sería que, a pesar de que en origen los precios agrarios han disminuido considerablemente, los de los alimentos destinados al consumidor no lo han hecho en la misma medida, lo que nos hace recordar aquella frase de algunos industriales que hace más o menos un año decían aquello de que los niveles de precios alcanzados “habían llegado para quedarse”.Y tanto.

Lo que es incontestable es que la actual crisis financiera y la deriva alimentaria mundial, de origen “multifactorial”, como señaló el representante de la FAO, afecta en grado exponencial a los países más pobres y en vías de desarrollo, incluso aumentando aún más la distancia que les separa de los países ricos del primer mundo.

Esto se traduce en el espectacular crecimiento del número de personas desnutridas, que en 2007 pasó de 850 millones a 925 millones de personas y debería obligar a situar en un primer plano de importancia, como dice Sumpsi, a la agricultura y a la alimentación.

El dato: Una parte por el todo

Si en 2008 ha habido un sector ganadero que se ha llevado la palma de pasarlo mal, éste ha sido el de porcino de tronco Ibérico. Hace poco ASAJA Sevilla daba en el clavo y se descolgaba con un titular muy gráfico, en el que decía que los ganaderos de la dehesa cobraban por un cochino el mismo dinero que le piden al consumidor por un solo jamón. Es decir, una parte por el todo. Indicaba que la apatía del mercado y la nula competencia entre los compradores había dejado los precios en origen un 50% por debajo de la pasada campaña y que las cuentas así era imposible que cuadrasen. Si en la pasada montanera, los cerdos se pagaron a 36 €/arroba, en la actualidad se vendían, si es que se vendían,a 18 €/arroba, equivalente a 1,56 €/kg (3,13 €/kg la campaña pasada). A lo mejor alguien les dijo que lo de exportar a China iba a ser jauja y que se pusieran a producir como locos. Y claro, ahora es posible que les salgan los animales por todas las costuras o que sean víctimas de los intermediarios.

Cereales: Las operaciones caen con cuentagotas

Independientemente de las constantes subidas y bajadas de los mercados bursátiles, la sensación que recogen los compradores en estos últimos días es de desinterés por parte de los vendedores, los cuales piensan más en retener mercancía que en venderla; por ello intentan vender, lo poco que se llega a realizar, a unos niveles de precios más altos que en las últimas semanas. Los agricultores nacionales, que se resistían el pasado mes de diciembre a continuar en la voragine bajista de los precios, tomaban este comienzo de año como un síntoma de cambio en el devenir del mercado, así que los encarecimientos desde la mercancía de importación les ha aportado una cierta esperanza para volver a esperar tiempos mejores. Los agricultores, por lo tanto, han decidido esperar y de este modo presionar el mercado.

El escenario que se viene palpando es muy similar al de la campaña pasada, con dificultad para encontrar ofertas para entregas diferidas y con los vendedores subiendo la mercancía disponible. Así que, salvo un giro brusco de los mercados internacionales, los disponibles y las necesidades de compra para entregas inmediatas van a ser operados al alza a menos que los compradores y fabricantes decidan terminar asumiendo los precios de los puertos y de los operadores galos, que también se deciden por esta situación.

Salvando las grandes distancias respecto a la situación sufrida el pasado año, los compradores se encuentran otra vez con dificultades para encontrar ofertas, o dicho de otra manera, sin la abundancia de alternativas con la que contaban hace un par de semanas. Y es que las dudas están empezando a aparecer de nuevo.

En cuanto a los distintos tipos de mercancía se refiere, se confirman las operaciones al alza de la cebada, con los vendedores recelosos a pasar ofertas para grandes volúmenes a pesar del excedente que todo el mundo presupone que debe quedar de cara a la cosecha que viene.

Y es que los compradores no terminan de entender cómo una mercancía que todo el mundo daba por hecho que iba a tener excedentes importantes de cara a la campaña que viene es casi imposible que pueda ser comprada a día de hoy.

Por su parte el trigo duro sigue con su ya más que pesada ausencia de actividad desde que llegamos al verano pasado, con los almacenistas esperando unos mejores niveles de precios.

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